El 31 de julio de 1995, el juez Marino Barbero abandonó el caso Filesa
(supuesta corrupción en el PSOE) al anunciar que abandonaba la carrera
juidicial, poco después de que el político socialista Rodríguez Ibarra
le hubiera comparado con terroristas y que el CGPJ se hubiera negado a
ampararle.
La renuncia de Barbero no cogió por sorpresa a los
magistrados de la Sala Segunda, que ya esperaban una decisión así desde
hace algún tiempo. Las relaciones del polémico juez con sus compañeros
del Supremo se habían ido deteriorando a lo largo de los casi cuatro
años de instrucción del caso Filesa y cayeron en picado cuando
Barbero manifestó públicamente, en dos ocasiones, que los argumentos de
sus compañeros para no conceder el suplicatorio de Alfonso Guerra eran,
desde el punto de vista técnico, "impresentables".
La denegación del
suplicatorio fue acordada en sala general por ocho votos frente a
cuatro.Pero antes de llegar a a ese extremo, las decisiones del juez
habían sido corregidas en numerosas ocasiones por sus compañeros del
alto tribunal. Y sobre todo, eran ya incesantes las llamadas de atención
para que pusiera fin a los trámites de un "procedimiento abreviado"
iniciado casi cuatro años atrás.
Procedente de la cátedra de Derecho Penal, Barbero accedió a la
carrera judicial por el cuarto turno, con los votos de los vocales
afines al PSOE y las bendiciones de los vocales extremeños del segundo
Consejo del Poder Judicial, singularmente las de Pablo Castellano y el
fallecido Antonio Hernández Gil. Este origen universitario evidenció sus
deficiencias técnicas en la instrucción sumarial al ser el caso Filesa
la primera oportunidad en que Barbero actuaba como instructor.Los
virulentos cruces de acusaciones con el entonces fiscal del Estado,
Eligio Hernández; los vítores cosechados tras los espectaculares
registros a la sede del PSOE en Ferraz; la repercusión internacional por
la entrada y registro del Banco de España y las polvaredas levantadas
por su costumbre de hacer coincidir las diligencias más espectaculares
con las. campañas electorales le propulsaron a un estrellato siempre
observado con escepticismo, cuando no con descalificaciones soterradas,
en la generalidad de los medios forenses.
Puedes consultar su bioigrafía en el siguiente linlk: El juez Mariano Barbero.


