sábado, 11 de octubre de 2014

Marino Barbero, primer instructor del 'caso Filesa'



El 31 de julio de 1995, el juez Marino Barbero abandonó el caso Filesa (supuesta corrupción en el PSOE) al anunciar que abandonaba la carrera juidicial, poco después de que el político socialista Rodríguez Ibarra le hubiera comparado con terroristas y que el CGPJ se hubiera negado a ampararle.



 



La renuncia de Barbero no cogió por sorpresa a los magistrados de la Sala Segunda, que ya esperaban una decisión así desde hace algún tiempo. Las relaciones del polémico juez con sus compañeros del Supremo se habían ido deteriorando a lo largo de los casi cuatro años de instrucción del caso Filesa y cayeron en picado cuando Barbero manifestó públicamente, en dos ocasiones, que los argumentos de sus compañeros para no conceder el suplicatorio de Alfonso Guerra eran, desde el punto de vista técnico, "impresentables". 

La denegación del suplicatorio fue acordada en sala general por ocho votos frente a cuatro.Pero antes de llegar a a ese extremo, las decisiones del juez habían sido corregidas en numerosas ocasiones por sus compañeros del alto tribunal. Y sobre todo, eran ya incesantes las llamadas de atención para que pusiera fin a los trámites de un "procedimiento abreviado" iniciado casi cuatro años atrás.

Procedente de la cátedra de Derecho Penal, Barbero accedió a la carrera judicial por el cuarto turno, con los votos de los vocales afines al PSOE y las bendiciones de los vocales extremeños del segundo Consejo del Poder Judicial, singularmente las de Pablo Castellano y el fallecido Antonio Hernández Gil. Este origen universitario evidenció sus deficiencias técnicas en la instrucción sumarial al ser el caso Filesa la primera oportunidad en que Barbero actuaba como instructor.Los virulentos cruces de acusaciones con el entonces fiscal del Estado, Eligio Hernández; los vítores cosechados tras los espectaculares registros a la sede del PSOE en Ferraz; la repercusión internacional por la entrada y registro del Banco de España y las polvaredas levantadas por su costumbre de hacer coincidir las diligencias más espectaculares con las. campañas electorales le propulsaron a un estrellato siempre observado con escepticismo, cuando no con descalificaciones soterradas, en la generalidad de los medios forenses.

Puedes consultar su bioigrafía en el siguiente linlk: El juez Mariano Barbero.

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